Hace 22 años, el senador electo asumía la presidencia del Honorable Concejo Deliberante de Malvinas Argentinas convirtiéndose como primera autoridad de la comuna; fue tres veces concejal y en 2011 se desempeñó como subsecretario de Deporte Comunitario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Y mañana comenzará la representatividad de los bonaerenses en el Senado de la provincia de Buenos Aires.
Los que lo conocen lo definen como un hombre de pocas palabras y de decisiones contundentes, querido por muchos, odiado por pocos y respetado por todos; y que debido a su inteligencia -que mezclada con estrategia- logró el apoyo de los vecinos de la provincia. También es conocida la persecución que sufrió por parte del aparato municipal a cargo de Jesús Cariglino, con el fin de destruir su imagen y ubicarlo en un espacio de desprestigio. Sin embargo, solo fueron rumores que fogoneados por la prensa local, terminaron convirtiéndolos en verosímiles. Sin embargo, no hay registros en la Justicia. Muy diferente fue y es la situación del entonces intendente Jesús Cariglino quien estuvo preso durante su mandato por estafa al estado y actualmente enfrenta causas por administración fraudulenta, incumplimiento de deberes de funcionario público, negocios incompatibles con la función pública y estafa.
Los avances de Vivona en la arena política son incompatibles con el panorama que padecen los Cariglino tanto a nivel local como provincial. La pérdida de la intendencia del barón del conurbano ante el joven dirigente Leo Nardini y la arrasante victoria de Sol Jimenez en las elecciones de concejales en Malvinas Argentinas fueron dos disputas que pusieron en jaque al clan Cariglino. Ahora se suma el paso sin gloria de Roque Cariglino por el Senado, cuyo trabajo o mejor, su falta de trabajo, le dio el bautismo del "senador más vago" debido a la falta de proyecto durante su paso por el cargo en 2016.
La nueva era de un malvinense en el Senado abre renovadas esperanzas y expectativas, que Luis Vivona lleve la voz de los bonaerenses a la Cámara Alta para conquistar nuevos derechos y defender lo conseguido hasta hoy; tal como lo hizo en materia de deporte social en su rol de funcionario nacional, cuyos programas llegaron a más 4 millones de personas en todo el país, logrando poner este beneficio en la agenda política y pública durante su gestión.
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